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martes, 13 de noviembre de 2018

FALLECE PADRE DE LA TENIENTE CORONEL DOCTORA DAMARIS MARMOLEJOS ALMONTE

Escena de luto y dolor en el sepelio de Bernandino

Santo Domingo Este.-Fueron sepultados la tarde de este lunes en el Cementerio Cristo Salvador, los restos del señor Bernandino Marmolejos Rodríguez, padre de la Teniente Coronel Médico Psiquiatra doctora Damaris Marmolejos Almonte, Encargada del Centro de atención Primaria de Salud de la Fuerza Aérea República Dominicana, y suegro del Coronel Carlos Lantigua Cruz.  

El deceso de Marmolejos Rodríguez, se produjo la madrugada del pasado domingo 11, a las 2:00 de la tarde,  y sus restos fueron velados en la Funeraria Blandino, de la avenida Sabana Larga, municipio Santo Domingo Este.
En el documento ¡In Memoriam Papá Bernardo! Su familia describe su trayectoria.
Marmolejos Rodríguez, nació el 20 de agosto del año 1927, en la comunidad El Añil, La Vega. Era hijo de José Gerónimo Marmolejos (Papá Mongo) y Ana Rita Rodríguez (Mamá Rita), una humilde pareja de la comunidad. Papá Mongo, fue un gran padre de familia y comerciante. Mamá Rita, fue una mujer dedicada a su familia y gran religiosa que pertenecía al grupo de los franciscanos del sector, y que junto a su esposo educó a 7 hijos, incluyendo a Papá Bernardo.
 En su niñez y adolescencia, Papá Bernardo se dedicó al comercio y a la producción agrícola junto a su padre y hermanos. En el año 1953 contrajo matrimonio con su esposa Ernestina Almonte, con la cual procreó 11 hijos. Estos son José Eduardo, José Fermín, José Mercedes José Agustín, Ana Rita, Hilaria Josefina, Damaris Altagracia, Johnny (falleció), Maritza Del Carmen, José Gerónimo, Frank Félix,  y Crucita Isabel.
Siendo padre de una familia numerosa se dedicó complemente, en cuerpo y alma, a su esposa e hijos. Un aspecto a resaltar es que se preocupó siempre por la formación de sus hijos; A Papá Bernardo no le importaba que hubiese 30 tareas de tierra que sembrar ni que se perdiera la cosecha de café por la lluvia; y mucho menos que hubiera que arar una finca. La educación era innegociable.
Era un hombre que a las 5:00 A. M. ya Tania los fogones prendidos para que su esposa Ernestina le prepare alimentos como por ejemplo, café, ponche, siendo este último su alimento favorito. Su primera actividad de trabajo consistía en ordeñar las vacas y enyugar la junta de los bueyes. Oficio al cual dedicó muchos años de manera inteligente. Tenía un talento natural  para domar  los animales con facilidad. Tenía unas habilidades únicas para trazar las líneas en el terreno cuando iba a realizar un arado con el objetivo de tener un buen rendimiento. Al parecer se veía un trabajo fácil pero no todo el mundo podía hacerlo. Lo hacia todo con mucho amor.

En la década de los 70s, sus hijos comenzaron a salir del hogar y partir a la Capital, siempre con su autorización y la de su madre. Él quería que sus hijos avanzaran en la educación, mejoraran su calidad de vida, y buscaran nuevas oportunidades: Era un padre protector.

Estando la mayoría de sus hijos en Santo Domingo, en los años 0, estos decidieron traer a sus padres por asuntos de salud: Esto fue un paso sumamente difícil de alcázar ya que Papá Bernardo se oponía a dejar sus raíces, su comunidad, y su gente. De tal forma que para alcanzar eta travesía sus hijos tuvieron que sorprenderle una tarde cayendo ya la noche, a la casa en la “Loma de la Palma”, y tomar todos los “trates”, y hacer una mudanza improvisada para que no se negara. ¡Tuvieron éxito!

Ya en la Capital, Papá Bernardo recibió mejores atenciones de salud y cariño al estar más cerca de sus hijos. Ya no tenía que laborar. Su pasatiempo era socializar, hablar con los vecinos y las personas  que le rodeaban en su entorno, compartía con sus familias, hijos, sobrinos, nietos, bisnietos, entre otros.
Hoy recordamos a Papá Bernardo como un luchador incansable, maestro, padre ejemplar, gran amigo, hombre sabio, alegre, contento, humilde, sencillo, irradiaba mucho jubilo y cercanía, era  muy carismático y reflexivo; en los últimos años de su vida, nunca denotó apatía ni desesperanza. Al contrario nos dio fortaleza y amor ara seguir oportunista en la camino de la vida y la esperanza. Aunque se haya ido a la casa del Padre, sus acciones permanecerán para siempre en nuestros corazones.
Publicado13/11/18



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