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noviembre 01, 2013
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Por Robert VargasAquel oficial superior del Ejército Dominicano quería hablar conmigo directamente para hacer una denuncia, pero tenía temor, por eso prefirió conversar con una tercera persona para que esta lo hiciera conmigo.
Se trata de su percepción sobre el tratamiento a los nuevos soldados, los de reciente ingreso.
Ocurre, le habría dicho el oficial superior a mi amigo, que anteriormente los conscriptos, a soldados reclutas, estaban en el deber de permanecer en el campamento militar al menos seis meses consecutivos recibiendo entrenamiento.
-"Ahora, dice, no es así. Cada fin de semana, a partir del viernes, los despachan para que se vayan a sus casas".
-"¿Qué tiene eso de malo?", pregunté.
-"De lo que se trata es de que los envìan para sus casas no como parte de un plan de entrenamiento ni de disciplina, sino como una forma de ahorar dinero", me dijo.
-"¿Y eso es malo?"
-"Lo que sucede es que, o están ahorrando dinero porque el Ejèrcito está en crisis económica o porque, sencillamente, alguien podrìa estar embolsillándose ese ahorro".
-"¡Glú!", tragué en seco por que creí entender lo que me estaban explicando.
Entonces entendí los motivos por los cuale scoroneles y generales quieren ser comandantes de la cocina y de la cantina.
Entendí mejor aún losmotivos por los cuales algunos oficiales superiores se ponen tan gordos, barrigones y brillan tanto y tienen tantos lujos con sueldos tan bajos.
Después que me dieron esas explicaciones he observado que es cierto: en el campamento militar que está en la carretera Mella, frente a la base de San isidro, detrás de la Batalla de Las Carreras, los reclutas salen cada viernes con sus cabezas raspadas rumboa sus hogares.
Parece que durante esos tres dìas, cada fin de semana, allì se cocina menos y, por tanto, el Ejército o alguien ern particular se ahorra bastante dinero.
¡Qué guardias que saben estos!
Fuente/Ciudadoriental.com
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