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domingo, 4 de agosto de 2013

La magia del General Rojas Tabar

OPINION

ral Rojas Tabar
Por Darío Mañón
Recuerdo que estábamos haciendo pinito  en la comunicación cuando él ejercía su función en la Fuerza Aérea Dominicana, y como todo un empírico en la profesión, no me interesaba lo que ocurría en los cuarteles, pero vivía cerca de unos soldados pertenecientes “a la Aérea”, y esos asuntos de la Base, a los que se referían constantemente siempre estaban ligados al Jefe, Juan Bautista Rojas Tabar.


La última vez que vi al también ex Secretario de las Fuerzas Armadas, fue en el acto de Certificación y graduación, realizado en  el Cuerpo Especializado en Seguridad Aeroportuaria y de la Aviación Civil (CESAC), efectuado en su sede, en el Aeropuerto Internación doctor José Francisco Peña Gómez,  un poco arropado por los años y achaques propios del tiempo, llegó al lugar donde ocupó su asiento y  es de verdad que tiene magia, reverencia por doquier y no de esas llenas de hipocresía como suele ser.

Cuando un miembro de las Fuerzas Armadas en la reserva, aún la generación de oficiales que están con el uniforme puesto, habla  de lo que encierra un jefe bueno, menciona a Rojas Tabar, y digo de las Fuerzas Armadas, porque lo de la Fuerza Aérea, seria de estudio, sus  miembros han hablado tanto de la magia de ese oficial, que sin lugar a dudas,  es  marco de referencia cuando ocurren hechos donde el factor humano liga a sus miembros.

“Te cuento que el sargento  X le dio una habitación en su casa a su hermano para que viva porque estaba en mala, que también era guardia, y un día lo encontró dando estilla con su mujer en su propia casa”, explicó uno de los tantos que habla de Rojas tabar. Cuenta que al abrir la puerta,  solo lo miró, pensó profundo y se fue a la Base Aérea San Isidro, donde estaba de puesto, allí durmió, pero estaba destrozado, sus compañeros al verlo tan deprimido lo presionaron y este le relató, esto llegó a los oídos de Rojas Tabar, que inmediatamente lo mandó a buscar”, ¿dígame como fue todo?, -le pregunta el Jefe de Estado Mayor de la FAD- “estamos hablando que el jefe se está involucrando en algo rutinario, donde está envuelto un sargento, me explica quién me hace la historia, esto supongo para llevarme al porqué de la magia. “! Bien soldado!,  qué bueno que Usted no se desgració su vida matándolos”, le dice el General luego de pensar profundamente  al mirarlo y  poniéndole  la mano en el hombro, diciéndole, “¡oiga lo que usted va hacer!, ¡escuche bien soldado!, le estoy ordenando unas vacaciones de 15 días”, -tanto tiempo no se estila en la milicia- dice la fuente,  “tenga estos RD$1,500.00 pesos y vállese a Santiago, búsquese una novia que pudiera ser su nueva mujer y tráigamela”. Sorprendido el soldado solo atina a decir, ¡eh!, eh!, pero el General lo vio turbado y ordenó llevarlo y darle seguimiento.

Indica la fuente que a su regreso  el sargento, un hombre elegante, trajo una bella mujer Cibaeña,  al presentársela al Jefe, este le felicitó, y facilitó casarlo,  ordenando muebles para el hogar, el cual proporcionó para una de las viviendas de la sede castrense.
Son miles de historias parecidas que cuentan de aquel Jefe de la Fuerza Aérea, en otra de las historias que cuentan, “se enteró el General que se me quemó un cuarto donde yo  vivía”, dijo quién era para entonces un cabo, hoy coronel,  el General Tabar  llamó a su padre quien era administrador de la  Caja de Ahorros para Obreros y Monte de Piedad, solicitándole ayudar a quien le enviaba, y cuenta este que recibió “enciendo corotos” para amueblar un nuevo cuarto.

No sé si los nuevos tiempos permiten a un Comandante General, ocuparse de cada uno de los soldados y oficiales bajo su mando, solo sé que la presión social que vive cualquier ciudadano en la República Dominicana, en nada difiere  de nuestros soldados, para los que se requiere más que magia.

Más de 55 mil hombres armados y entrenados, que demandan atención especial, cuando yo era niño, recuerdo que pude ponerme una que otras prendas de vestir que me daba mi hermano que frecuentemente le entregaban siendo Raso policial, ahora los espacios para esas entrega se hacen muy tardío

Recuerdo que en una oportunidad el ex Ministro de las Fuerzas Armadas, Teniente General Joaquín Virgilio Pérez Feliz, Ejercito Nacional, se trasladó de sus oficinas en el Ministerio de las Fuerzas Armadas,  a la cocina  a verificar que le servirían al personal de almuerzo ese día y se vio en la necesidad de remover personal en la cocina y ordenar mejores raciones alimenticias.

El pasado  Ministro de Defensa, Almirante Sigfrido Pared Pérez, le tocó dirigir la transformación iniciada en los Cuerpos Castrenses, que bueno que para ello tomó algo del poder hechizador de Tabar, leyó muy  bien la seña del presidente de la República licenciado Danilo Medina Sánchez, dio los primeros pasos y combinó el trabajo constante de los ex Comandantes de los cuerpos Castrenses, Mayor General Rubén Darío Paulino Sem, Mayor General Paracaidista Ramón Manuel Hernández Hernández y el Vicealmirante Edwin Rafael Dominici Rosario, quienes sin “presupuesto” salieron más que satisfecho de su paso por  esas Direcciones.

Ahora le corresponde al Ministro de Defensa, Teniente General, ERD, Máximo William Muñoz Delgado, abrirse paso en estos “tiempos difíciles castrenses” de presupuesto constreñido y hacer más que magia o porque no preguntarle al General ® Juan Bautista Rojas Tabar, cuál era su secreto.
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