La República Dominicana dijo que es imperativo
que de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021
(COP26) de origen a convenios internacionales decisivos para la permanencia de
la humanidad.
“El sentir general es que
debe ser hoy, no mañana que debamos llegar a esos acuerdos, el tiempo no da
para mañana, debe ser hoy”, dijo el
ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, a propósito de dicha
conferencia, que se realiza en la ciudad escocesa de Glasgow, organizada por
las Naciones Unidas.
Resaltó que la República
Dominicana, en términos generales, es de los países que menos gases de efecto
invernadero produce, pero sin embargo “estamos entre las 10 primeras naciones
del mundo con más adversidades por el cambio climático”.
“Deben ser los países que
producen mayor cantidad de gases de efecto invernadero quienes asuman esta
responsabilidad a través de los mecanismos de este financiamiento, que
entendemos deben ser más expeditos, claros y deben llegar a islas como la
nuestra”, sostuvo.
La cumbre climática de Naciones Unidas,
conocida como COP26 reúne en Glasgow a delegados de casi 200 países que
discuten las mejores medidas para
combatir el calentamiento global.
NOTA No 2
EL COVID19 HA ACABADO CON
LA VIDA DE 5 MILLONES DE PERSONAS A NIVEL MUNDIAL
La pandemia global de
COVID-19 alcanzó el inicio de semana los cinco millones de muertos en todo el
mundo, menos de dos años después de que comenzara una crisis que no sólo
devastó a los países pobres, sino que también doblegó a los ricos y a sus sistemas
de salud de primera clase.
En total, Estados Unidos,
la Unión Europea, Gran Bretaña y Brasil -todos países de ingresos medios o
altos- suponen un octavo de la población mundial, pero casi la mitad de las
muertes reportadas. Estados Unidos ha contabilizado 745.000 fallecidos, más que
ningún otro país.
La cifra de víctimas,
contabilizada por la Universidad Johns Hopkins, equivale a las poblaciones
combinadas de Los Ángeles y San Francisco. Es comparable al número de muertos
en batallas entre países desde 1950, según estimaciones del Instituto de Oslo
de Investigaciones de la Paz.
En total, es la tercera
causa de muerte en todo el mundo después de la enfermedad cardiaca y los
infartos.
La cifra es casi con
certeza inferior a la real debido a las limitaciones de pruebas diagnósticas y
a que algunas personas murieron en casa sin recibir atención médica,
especialmente en zonas pobres del mundo como India.
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