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lunes, 19 de agosto de 2013

Los coroneles recobran poder en Policía Nacional

Santo Domingo.-En la franja donde se alinean los coroneles, portadores de una insignia de grado que da forma a la estructura de pirámide de la Policía dominicana, se percibe un inusual ambiente de entusiasmo.
Están disponibles para una labor sin límites, horarios extendidos, listos a desentrañar y resolver una hilera de casos relacionados con la compleja coexistencia de los ciudadanos, conflictos y sucesos que abarcan desde casos simples hasta graves y muy complejos.

Estos oficiales se mueven como hormiguitas, investigan, ordenan, requieren, actúan, vigilan. Están en todas partes, con una agenda a la mano cargada de compromisos. 
Y están motivados por una razón evidente: Los cambios traídos a bordo de la reforma policial han valorado su papel y sacrificio y, en recompensa, les ha otorgado más jurisdicción a su grado.
Acorde con eso, su radio de acción ha sido ampliado y, en estímulo, su poder de mando y control comprende ahora más espacio.
Son los oficiales superiores más cercanos al generalato. Ahora han vuelto a desempeñar roles sepultados, hace décadas, bajo las huellas de la carreta del tiempo.
A una parte de estos hombres les ha sido confiada la conducción de los mandos más importantes de la Policía Nacional.
Casi inadvertidos, los coroneles, pioneros en el tejido de esta parte evolutiva de su institución, restituyen la historia de una insignia de grado que relumbró en cerca de tres décadas.
Volvieron y están bastante atareados, muy activos. Ocupan todas las direcciones clave y mandos de personal en cuarteles de la capital y provincias del país.
Su control se  proyecta desde el manejo de la información para consumo público, Recursos Humanos, Narcóticos, Asuntos Legales, Asuntos Internos, Inteligencia Delictiva, Seguridad Social, Reforma Policial, hasta la dirección de comandos regionales de provincias y de Santo Domingo.
Los coroneles están también en control de los mandos de la Policía Auxiliar y la Dirección de Telemática. Esta última es responsable del manejo de los asuntos de disciplina científica y tecnológica, una combinación entre las tecnologías de las telecomunicaciones y la informática.
Ojeando su historia
Desde el 2 de marzo de 1936, antes de la llegada de los generales a la cúpula de la Policía, los coroneles habían preservado ya, durante 26 años, un dominio total de las funciones de la estructura policial, incluyendo la posición de “Jefe” de ese cuerpo de orden público.
A partir de ese año, marcado como noveno sistema de policía del país desde el inicio de la colonización española en la isla, cuando fue creada la Santa Hermandad Vieja, 28 coroneles se sucedieron en el mando de la Policía hasta el 8 de marzo de 1962, el última tramo de su influencia.
Su orgullo, fuerza y poder llegó a su final para esa fecha tras una forzosa interrupción de su dominio, y una consecuente limitación de sus funciones que entonces pasó  a ocupar la nueva legión de generales.
En 1966, tras tomar juramento como presidente de la Republica, el doctor Joaquín Balaguer (fallecido) degradó progresivamente el grado de coronel y emprendió una carrera de ascensos de oficiales a la categoría de generales, un grado que ha perdurado hasta hoy en números de 53, según la nómina de la institución. 
La fascinante historia del dominio de los coroneles en el mando de la Policía empezó el mismo día de su fundación, el 2 de marzo de 1936, con la designación del coronel Miguel A. Román hijo como “Jefe” de ese cuerpo, con un sueldo de 250 pesos. Dos años después, continuaron en el ejercicio del cargo los coroneles Francisco del Carmen Lluberes, José Joaquín Cocco hijo, Armando Gil Pumarol, Manuel Emilio Castillo y Ludovino Fernández. Este último dirigió la Policía desde el 29 de noviembre de 1943 hasta el 17 de mayo de 1947.  
A partir de ese año ocupó la jefatura de la Policía, durante siete meses, el general de brigada Félix Hermida, siguiendo luego en la línea de mando los coroneles Luis Arzeno Colón, Miguel A. Casado, Máximo R. Bonetti Burgos, Virgilio García Trujillo, César A. Oliva García, Miguel F. Rodríguez  Reyes, Luis Homero Lajara Burgos, Federico Fiallo, David Antonio Hart, Ramón Soto Echavarría, Braulio Álvarez Sánchez, Luis Enrique Montes de Oca Desangles, José Caonabo Fernández, Marco Antonio Moreno, Rubén Antonio Tapia Cesse, Manuel Secundino Pérez, que sólo duró 20 días, y Rafael Bienvenido de Castro Ortiz.
Final de la hegemonía
Todos estos hombres en el mando de la Policía provenían de las Fuerzas Armadas, hasta el 9 de junio del 1958 cuando el coronel Ramón A. Soto Echavarría se convirtió en el primer “jefe”  procedente de esa institución.
La hegemonía de los coroneles en el alto mando policial culminó el 8 de marzo de 1962 cuando el general de brigada Belisario Peguero Guerrero asumió la jefatura del cuerpo de orden público, cuya gestión terminó el 18 de enero de 1965, tres meses antes del estallido de la Guerra de Abril.
 Desde entocnes, los oficiales con grado de general de Policía cubrieron bastante espacio y funciones, mientras los coroneles tuvieron que esperar un largo tramo de 48 años en el tiempo para recuperar parte de su fuerza, controles e influencia.
Lo que está en espera 
Los coroneles se harán cargo pronto de funciones y plazas a cargo de más de 30 generales de brigada, de 52 todavía en funciones, que se llevará de plano la reforma policial cuando, finalmente, sea sancionada la Ley Orgánica de la Policía, ahora en manos del Congreso de la República. 
GRADO Y PODER
Tiempo de generales

La hegemonía de los generales en la jerarquía policial empezó el 8 de marzo de 1962, con la nominación del general de brigada Bilisario Peguero Guerrero, ganando fuerza y aumentado el número de este grado a partir de la elección del doctor Joaquín Balaguer como presidente de la República, en 1966.
A Belisario Peguero le siguieron los generales Hernán Despradel Brache, José de Jesús Morillo López, Luis Ney Tejada Álvarez, Ramón A. Soto Echavarría, Braulio Álvarez Sánchez, Joaquín A. Méndez Lara, Guillermo Guzmán Acosta, Elio Osiris Perdomo Rosario,  Enrique Pérez y Pérez, Neit Nivar Seijas, José Ernesto Cruz Brea, Salvador Lluberes Montás, Robinsón Brea Garó, Virgilio Payano Rojas, José Paulino Reyes de León, José Félix Hermida González,  Manuel de Jesús Tejeda Duvergé,  Ramiro Matos González, Juan José rRodríguez Ortiz, Rafael del Socorro Payamps, Rafael Antonio Tejeda Báez, Fernando A. Sánchez Aybar, Nelson José Morillo Rodríguez, José Mota Paulino, Ramón Alcides Rodríguez Arias, Rafael Guerrero Peralta, Luis Alberto Núñez Guzmán, Segundo Imbert Tessón, Enrique Pérez y Pérez, Camilo Nazir Tejada, José Aníbal Sanz Jiminián, Pedro de Jesús Candelier, Jaime Marte Martínez, Manuel de Jesús Pérez Sánchez, Bernardo Santana Páez, Rafael Guillermo Guzmán Fermín, José Armando Polanco Gómez, y el actual titular, Manuel Elpidio Castro Castillo. 
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DEPARTAMENTOS BAJO EL CONTROL DE CORONELES

En la mayoría de los departamentos donde dirigían generales, los coroneles ocupan ahora sus funciones, poniendo allí a prueba sus destrezas.
Los cambios empezaron justo en el turno de jefe de Policía del mayor general Manuel Elpidio Castro Castillo, un institucionalista que cumple hoy lunes, 32 años, siete meses y doce días en la carrera policial. Es miembro de la Séptima Promoción de Cadetes, General Fernando Valerio, de la Policía Nacional.
En línea descendente, este giro comenzó desde el tope del armazón policial. El coronel Jacobo Mateo Moquete fue designado portavoz de la Policía, en sustitución del general Máximo Báez Aybar.
El coronel Pedro José Castro Castillo es ahora el director central de Recursos Humanos, una área que estaba bajo el mando del general Ramón Rodríguez Sánchez.
El coronel Carlos Fernández Valerio es el director de la Dirección Central Antinarcóticos, en reemplazo del general Ramón E. Ciriaco Núñez.
A la Dirección de Asuntos Internos fue enviado el coronel Orlando Pichardo Reynoso, en sustitución del general Franklin Vittini Durán.
El coronel José Francisco García Lara dirige la Dirección de Asuntos Legales, un organismo que dirigía el general Nelson Rosario Guerrero.
El coronel Pablo Arturo Pujols fue nombrado director de la Central de Inteligencia Delictiva (Dintel), en reemplazo del general Pablo de Jesús Dipré.
El coronel José Suriel Portalatín es el gerente de la Administradora de Riesgo de Salud-Instituto de Seguridad Social de la Policía (ARS-ISSPOL), donde sustituyó a la coronela Loisa Adames Terrero.
La Dirección Regional Nordeste, que tiene su sede en Mao, de la provincia Valverde, está ahora a cargo del coronel Eddy Francisco Pérez Peralta. Allí estaba al mando el general Manuel Rodríguez Miranda.
El nuevo director de la Reforma Policial es el coronel José Acosta Castellanos. Comandaba esas funciones el general Bienvenido Olivo.
Como director de la Regional Santo Domingo Norte fue nombrado el coronel Luis Farnando Sánchez Mejía, quien reemplazó al general Bartolo Gil Melo.
En solo dos casos, hasta ahora, oficiales coroneles sustituyeron a otros con igual rango. Por ejemplo, el coronel Yoni Albe Lara Villalona, subdirector del Instituto de Seguridad Social de la Policía (ISSPOL), fue ascendido a director, en sustitución del coronel Alexandre Aquino Ogando.
El coronel William E. Natera Gómez es el nuevo director de la Policía Auxiliar, sustituyendo a Eddy Francisco Pérez Peralta, otro coronel. El coronel Julio César Castillo Vargas es el director Telemática, una plaza de creación reciente.
Tomado del Masacre.com
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