Ultimas Noticias

jueves, 14 de agosto de 2014

Programa de viviendas cambia vida de soldados


Aquel día cuando el sargento del Ejército, Alejando Alberto Martínez, recibió las llaves de su primera vivienda, apropiada para su humilde familia, su reacción, su mirada y sus palabras de gratitud por el gesto liberaban tantas emociones que conquistó simpatía adicional entre los citados al acto.


Allí estaban, a su lado, en una comarca de San Pedro de Macorís, su esposa y sus hijos. Eran todo alegría.
“Este fue siempre mi anhelo: tener un techo para alojar a mi familia. Estoy muy feliz”, dijo Martínez, muy excitado.

Mientras, en otro recodo del país, en El Cercado, de Constanza, el sargento mayor Andrés Vargas Luciano parecía rendido ante un cúmulo de entusiasmo, al recibir su nuevo hogar.
Con casi 19 años sirviendo con lealtad a su institución y una hoja de servicio sin tachas, este soldado tenía ahora ante sus ojos lo que fue su mayor ilusión desde que formó familia.

Bajando a otro extremo del país, el sur, en el poblado Santa Lucía de Camba, en San Cristóbal, el sargento Santiago Sierra Candelario estaba listo para disfrutar de su nueva vivienda, construida en concreto, acero, techada de zinc, amueblada y con todos los artículos del hogar.

Estos son solo tres casos, de entre otros en que soldados del Ejército Dominicano están viendo los beneficios de una política de construcción de viviendas que esa institución implementa con ardor.
Hasta ahora, como logro de esta gestión en el cuerpo militar, 15 familias de soldados se placen de vivir bajo un techo seguro y bien equipado.
La institución que escogieron le responde en una necesidad tal elemental.

El programa, que fue ideado hace buen tiempo para bienestar de los militares identificados con unos estándares de pobreza muy inferiores, ganó intensidad hace dos años, bajo el mando del mayor general Rubén Darío Paulino Sem al frente del Ejército.

Los relatos de cambios en la coexistencia de las familias de soldados que consiguieron sus viviendas después de llenar los requisitos de rigor son bastantes.

Hay historias únicas, conmovedoras, de militares pobres que no cedieron a las precariedades de sus familias y optaron por el buen camino los buenos ejemplos en el frente castrense.
Cada relato de estos hombres y mujeres es una historia especial de sus vidas. Pobreza y voluntad, amor y lucha por la familia. Para estas unidades primarias de la sociedad, el sueño primario en una vivienda.

Esto dijo una vez haberlo interpretado muy bien el comandante del Ejército. Bien que conoce a sus hombres, a todo los niveles de la estructura social.

“Nunca puedo ocultar la profunda satisfacción que siento al entregar una vivienda a un soldado, ya que estoy consciente del gran significado que tiene una casa para una familia”, dijo el general Paulino Sem durante la entrega de llaves a un soldado.

Aunque no se conoce de la existencia de un levantamiento que establezca el número de soldados que viven en pobreza extrema, básicamente carentes de viviendas, para calificar en este programa se toma en cuenta su comportamiento, su hoja de vida y las necesidades de sus familias.
El general Paulino Sem está inspirado en este programa y aboga por su fortalecimiento.

“Esto, la vivienda, le resuelve un problema vital a los soldados”, dijo. “Por eso continuaré con este plan de entrega de techos dignos a miembros de la institución que reúnan los requisitos requeridos para optar por este beneficio”, agregó.
Otras donaciones

En otras entregas de viviendas fueron beneficiados el capitán Javier Rosario Ubiera, residente en la calle Ozama, número 1, del sector Los Mina, en Santo Domingo Este; al Sargento Richard Méndez Bazora, en Cutupú, La Vega, cuya casa fue construida en concreto, acero, techada en zinc, con todos los ajuares del hogar.

Otro a quien le fue adjudicada una casa es el sargento mayor Sandy Feliz Gómez, de la promoción Los Macheteros, en Cachón, Barahona; la sargento Mercedes Jiménez Mora, en San Juan de la Maguana; el capitán Eduardo Salcedo Mercedes, en Los Cayucos, Pedernales, y el sargento Fernando Díaz Encarnación, en San Juan.

Los altos rangos del Ejército están unificados en este programa. Para el comandante de la Sexta Brigada de Infantería, el general de brigada Rafael A. Carrasco Paulino, la decisión del general Paulino Sem de impulsar los planes de casas para los soldados más pobres era “muy altruista” porque lleva mucha felicidad a sus familias.
(+)
 

 IMPACTO DE TRABAJO EN DOS AÑOS DE GESTIÓN
 A dos años de su designación como comandante del Ejército, el general Paulino Sem ha dado nuevos bríos a los programas de políticas sociales en esa rama armada, tocando con intensidad la vida de muchas familias de soldados que han visto cambios sustanciales en sus estilos de vida y convivencia.

La visión de este oficial no está enfocada solo a la remodelación de cuarteles, recintos militares, centros médicos asistenciales, construcción de iglesias, y becas para que los hijos de soldados cursen carreras técnicas y universitarias.

La construcción de viviendas para estos se realiza con fondos internos de la institución y de empresas y personas amigas que ofrecen voluntariamente su colaboración.

“Al asumir la jefatura del Ejército le ha dado continuidad a ese programa de construcción de viviendas a soldados que tengan un buen historial en la institución, que sean dignos de ser estimulados y que sobre todo sus condiciones de vida sean precarias, ya que una vivienda es importante para la estabilidad y el desarrollo familiar”, declaró.

El ministerio de Defensa, bajo el mando del almirante Sigfrido Pared Pérez, ha sido un soporte primordial en toda esta campaña por dignificar la vida de los soldados más castigados por limitaciones y penurias.
« PREV
NEXT »

No hay comentarios

Publicar un comentario